sábado, 12 de mayo de 2012

La máscara.

Era una máscara preciosa, sin duda alguna. Con ella, 
superaría con creces a todas las princesas de ese baile, 
sin necesidad de mostrar su rostro siquiera. 
Ella, su máscara, y su incansable sonrisa. 
Muchos quedaron sorprendidos al verla aparecer. 
Aquel antifaz relucía con aires de ilusión, reflejando alegría y 
creando un ambiente de bienestar. 
Pero entre toda la muchedumbre hubo alguien que no solo le fascino,
sino que se enamoró de esa máscara.
El hombre se acercó a ella, y está acepto su compañía sin perder la sonrisa. 
La enmascarada, entonces, olvidó toda la humareda plagada 
de bullicio y a los demás bailarines, hechizada por su nuevo acompañante.
Y así permanecieron toda la noche, enamorándose con cada gesto.
Y entonces, solo entonces, él quiso robarle la máscara. 
Deseaba ver su verdadero rostro, ya que se lo imaginaba tan 
hermoso como el antifaz que lo cubría.  
Pero ella se negó en rotundo, aterroriza por la idea 
de que su verdadera identidad le ahuyentara. 




Tardó días en conseguir que ella mostrara su rostro. La insistencia y el amor consiguieron por fin derrotar su miedo, y lo consiguió. Consiguió quedar asustado por lo que ella escondía. Su rostro llevaba amargura en cada  milímetro de piel. Sus ojos, que antes relucían causando ilusión, ahora no transmitían más que tristeza. Ella era, definitivamente, otra persona, una persona que vivía escondida detrás de una falsa máscara, llena de fingida felicidad, una persona que en su interior solo guardaba miedo, miedo y melancolía.
   Y entonces, las lágrimas brotaron de los ojos de ese lamentable rostro.
   Lágrimas de pánico, al reparar en el rostro de terror que ahora tiene su amado.

“¿Y ahora? ¿Qué harás ahora, cariño?”

4 comentarios:

Elisa Sestayo dijo...

Increíble, la verdad. Creo que esto es muy habitual, más de lo que creemos. Muchas veces nos cubrimos con una máscara que esconde lo que en realidad somos por miedo a que los demás nos descubran.

Me ha gustado mucho, un beso <3

Lemon dijo...

Me encantan las historias que no terminan del todo bien...son más reales. Un texto maravilloso.

Anastasia <3 mi película favorita.
Saludos ~

Lucia's Box dijo...

Y es imposible no sonreír después de leer tu comentario.
Me encanta esa manera tan tangible y real de describir lo que tanta gente hace a diario pero sin que lo veamos con algo material.
Increíblemente triste,cierto y bonito:)

- dijo...

Por alguna extraña razón, me resulta inevitable sentir que una parte de mí se identifica con este texto.
Precioso.
<3